Su primer contacto con el balón lo tuvo en el fútbol sala argentino y a los 16 años jugó en el Club Atlético Platense, que tuvo que abandonar por la quiebra de la institución y el mal ambiente del equipo: «Mis compañeros salían a robar todas las noches». Un récord en toda regla, tras haber disputado más de 500 partidos desde que llegó a la escuela municipal, que elevaron al argentino a pregonero de las fiestas locales y dieron cierto recorrido de fama al pueblo.